martes, 19 de junio de 2007

El primer viaje

Desde el pueblo minero de Coronel al puerto de Talcahuano y la Caleta el Morro.
A principio de los 60 mi abuela Raquel, madre de mi padre, complicada con muchos hijos necesitaba alguien para que le ayudara en los que haceres del hogar, una amiga de la familia conocía a una niña que necesitaba trabajar y a la vez tenia la imperiosa necesidad de alejarse de su hogar en Coronel, por malos tratos brindados por sus padres y sus hermanos, ella era Rosa y enfilaba los 18 años. Cansada por la humillaciones de padres y hermanos alcohólicos decidió emigrar y probar suerte en la ciudad vecina de Talcahuano, Rosa era una niña simple, no era complicada, empeñosa y muy trabajadora, muchas veces sus hermanos viajaron a la zona para tratar de convencerla de que volviera a Coronel, pero Rosa se negaba porque a había llegado a un lugar donde encontró calidez, comprensión y amor.

El padre de Rosa era minero y algunos de sus hermanos también, hombres duros marcados por la veta negra y oscura de la mina, machistas dentro de los machistas, Rosa siendo inteligente y queriendo aspirar a más le fue negado el poder seguir desarrollando su ser. Me cuesta entender que hombres con una fuerte raigambre social y sindical, y con años de persecución política y sindical no hayan internalizado el concepto del respeto puertas adentro cuando luchaban por el respeto y un salario justo, puertas afuera. Me da la impresión que esto fue y aún es un problema generalizado de la sociedad chilena.

Mina y Mar generan una conexión mágica, las minas están situadas en las profundidades del golfo de Arauco, me imagino que los pescadores también transitan por el mismo sendero, pero en la superficie acuatica. Los roca negra y combustible fósil, arañada por hombres durante la oscuridad del día viene a contraponerse con las días claros y a veces tormentosos de hombres lanzando redes para atrapar los cardumenes de peces que serán convertidos en alimentos de mesas o en tarros conserveros viajantes a otros lugares del mundo. Hoy esa magia se entiende extraviada, no se encuentra, desapareció o tiende a desaparecer, la cultura de la pesquería de subsistencia es arrasada por la captura industrializada y sin piedad extermina las especies.

Hernán, uno de los hijos menores de Juan y Raquel, con el tiempo se enamoró de Rosa. En el año1964 se casaron, Hernán convirtió la pesca en su oficio, primero como artesanal y luego como industrial, al pasar de los años Hernán emigró hacia el norte, precisamente al puerto de Iquique, en busca del esquivo pez, porque en Talcahuano se había perdido, luego de unos años Hernán estaría de vuelta. Rosa quedó sola, con un hijo en el vientre, pero feliz con la nueva y experiencia y ya no como empleada doméstica (nana).

Rosa es mi madre y era yo quien estaba en ese vientre, mi vieja amada, que la vida a tratado con dureza, pero que con dignidad se ha levantado. Mujer aguerrida y luchadora de un amor inconmensurable que llena el espacio de sus hijos y nietos. En la tercera época de la vida vino a encontrar paz, espero que sea duradera.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Felicitaciones, no sólo es linda la historia sino que está muy bien narrada. Dan ganas de leer...