lunes, 23 de julio de 2007

Cómo Reyes en la playa

Primero de enero de 1971, una tía, hermana de mi padre, emprendía viaje con toda su familia a celebrar las fiesta del nuevo año, "al otro lado" cómo llamábamos los morrinos la playa de Roquant. Esta playa de arenas limpias y aguas transparentes tenia una particularidad exquisita, sus aguas bajas y abundancia de moluscos hacía que fuera visitada por miles de vecinos de Talcahuano.

En 1713 nace en la ciudad de Fronum, Francia, Dionisio Roquant, en 1754 parte a América a probar suerte, viaje el cual no alcanza a terminar, siendo atacado por piratas Ingleses y manteniéndolo preso por un tiempo en Irlanda, luego de liberado emprende viaje a América del Sur precisamente a Chile. Roquant llega en 1755 al puerto de Talcahuano ocupando inmediatamente el cargo de Cirujano Mayor del Ejercito, con el tiempo, Roquant, adquiere algunas tierras entre ellas la hacienda "Ventura" en las cercanías de Rere, y la Isla de los Reyes, hoy llamada Isla Roquant. Dionisio también ejerció el oficio de boticario, el cual le produjo muchos dividendos, muere en la ciudad de Concepción en 1804.

La Isla Roquant, también llamada Isla de los Reyes en rigor no es una isla, tiene conexión de tierra firme a su espalda con carriel norte y los humedales y marismas, es parte de la Bahia de Concepción que también aloja las ciudades de Penco, Tomé y por supuesto Talcahuano entre otras y además una isla real que es la Quiriquina. Esta playa se le denominó popularmente en el pasado la isla o playa de los "potos parados" producto que se veían a cientos de personas con sus cuerpos curvados introduciendo sus manos en el agua para extraer el preciado molusco llamado "taca".

Antes de cruzar el canal el morro desde la caleta para "el otro lado", se debía pagar una tarifa por el traslado de las personas en bote, era tanto el flujo de personas que había una fila de botes prestando el servicio. La otra opción para cruzar era por un puente frente a la población Gaete por la Avenida Colón, además existía una tercera vía, claro que era más lejana y arriesgada, cerca de la poblaciones Santa Clara y Luisa Echeverria en lo que antes era conocido como el matadero se veía un hilo de tierra y piedras que se introducía hacia el norte, esta opción jamas la usé ya que cómo no habitaba esos caminos no tenia sentido.

La tía invitó a Juan mi hermano, y a mi, luego de cruzar en bote hacia el otro lado, caminamos presurosamente para encontrar el mejor lugar de la playa ya que muy temprano comenzaban a llegar oleadas de gente venidas de muchas partes, llevábamos canastos con suculentos platos para almorzar y festejar el nuevo año. Luego de instalarnos, lo primero que hacíamos era meternos en el agua y en ella estar gran parte del día, (cómo niños de caleta era imprescindible saber nadar), caminamos cien o docientos metros hacia adentro hasta que el mar nos empezaba a llegar a los hombros y sólo ahí nos poníamos a nadar, eso si con mucha precaución. También nos dedicábamos a extraer cientos de tacas para una vez en la playa comerlas con algo de limón, incluso hacíamos competencia de quien sacaba más moluscos.

Sin duda que esos días son impensados en la playa del Roquant actual, fijo mi pensamiento fuertemente en esos días y me inunda un alegría profunda, pero también algo de tristeza. Hoy Talcahuano no tiene playas aptas para el baño, la contaminación de la bahía a hurtado este espacios a sus habitantes, es una pena que nuestros hijos y nosotros mismos no podamos disfrutar de la maravilla que la naturaleza nos brindo.

2 comentarios:

Luna Agua dijo...

Se me viene a la memoria ese tiempo. Era muy niña, solo se me vienen episodios, pero la memoria emotiva es más grande al parecer porque sí recuerdo muy bien las tacas con limón y los tarros que mi papá llevaba para llenarlos con esos moluscos.
Se me hace agua la boca.





Saludos

thiarita th dijo...

Me gusta leer tus crónicas, pues hablan de un tiempo que no conocí y el que ciertamente me cuesta mucho imaginar, al ver mi ciudad como está hoy...
Es angustiante saber todo lo que perdimos pero a la vez es un impulso por lograr volver a ese estado de pureza, de naturaleza que tus ojos de niño pudieron apreciar...

Saludos