domingo, 29 de julio de 2007

El Día de la Challa

Cada verano era esperado con ansiedad en la caleta el "Día de la Challa", tradición hoy perdida, incluso olvidada por muchos adultos que la vivieron. El "Día de la Challa" era una mezcla extraña de celebración religiosa y juego de niños. El 2 de febrero de cada año se celebra "La Fiesta de la Candelaria", fiesta de la purificación y que da testimonio de como el agua limpia al ser humano desde la perspectiva cristiana.

¿La Purificación?, es preciso entender este concepto y su relación con el agua a lo largo de la historia. En muchas culturas el agua tiene ese sentido, no sólo el agua limpia de los pecados en el bautismo cristiano, sino en las culturas ancestrales, en el neolítico se le asociaba propiedades curativas a las aguas de los manantiales. El ser nace y prospera antes de ver la luz dentro del vientre materno bañado en liquido amniótico que no es más que agua frente a lo simbólico, el río gangues en la india es sagrado y sus muertos son entregados y cremados en este, en la cultura mapuche el agua purificadora de la tierra prepara esta para una nueva etapa de cultivo y siembra, dentro de este contexto el cristianismo no hace más que hacer suyo ciertos ritos que están en la imaginario colectivo universal desde el principio de los tiempos.

Ahora que tiene que ver esto con niños en una caleta de pescadores hace más de 30, pues mucho, nos preparábamos y juntábamos agua en infinitos tarros y baldes. El rito consistía en seguirnos y lanzarnos agua, eso era el "Día de la Challa", el agua que se lanzaba al otro niño cumplía una función de limpieza purificadora, y esto visto como un juego no deja de sorprenderme frente al recuerdo. Sin duda que el arrancar, correr y esconderse de la lluvia de agua se transformaba en una fiesta difícil de olvidar cada verano, los grifos abiertos libremente, porque en ese tiempo el agua era de todos y no de una empresa privada, proveía de la materia prima para alegría de niños iluminado y agasajando los espíritus.

En el presente esto ya no existe, tengo entendido que en otras localidades de la región costa también se practicaban y también en el extremo norte del país pero con un significado distinto al que se le brindaba en el sur. Esta fiesta se ha perdido y aunque deslinda entre lo cristiano y lo pagano es parte de la cultura popular. Prácticas identitarias que tienen que ver con el profundo arraigo a la tierra y sus elementos no las podemos olvidar, hay que reencontrarse con ellas, es el camino y la esperanza para no ser avasallados por una cultura ajena sin solidaridad, paz y espíritu.

1 comentario:

Luna Agua dijo...

Es interesante comprobar una vez más que muchos ritos cristianos derivan de rituales ancestrales originarios... pero como se desconoce se lo asignan las iglesias cristianas.
No conocía esta costumbre de la Challa, una costumbre que hace ver que el agua siempre ha estado en el juego con los/as niños/as. Ahora existe el juego de las "bombitas", y si miramos bien siempre el agua es compañia de juegos. Un juego purificador, me gusta que se vea así.



saludos